Hay muchas versiones de las galletas de mantequilla, pero esta es ideal porque no tiene huevo y porque son muy facilitas de hacer.

Para desayunar, para llevar al cole... puedes hacerlas más o menos crujientes según os guste. Y por otro lado he estrenado un cortador de pastas que me permite poner texto en la superficie.



Ingredientes (para unas 24 galletas)

100 gr de azúcar
100 gr de mantequilla
1 pizca de sal
75 ml de agua
250 gr de harina
1/2 cucharadita de levadura
1 cucharadita de extracto de naranja (que podéis sustituir por 2 cucharaditas de zumo de naranja, o de limón)
azúcar avainillado

Para empezar, hay que calentar el azúcar, con la mantequilla, la sal y el agua a fuego suave hasta que se disuelva la mantequilla y sin dejar de remover. Una vez disuelta subimos el fuego y lo llevamos a ebullición. Retiramos del fuego y dejamos atemperar.

En un bol grande tamizamos la harina y la levadura, y hacemos un hueco en el medio para echar el liquido dentro añadiendo el extracto de naranja. Mezclamos con una cuchara hasta que quede todo integrado, y después sobre una superficie enharinada amasamos brevemente. Hacemos una bola y cubrimos con papel film y dejamos enfriar en la nevera unas dos horas.





Pasadas las dos horas, separamos la masa en dos partes. Ponemos cada parte sobre un papel sulfurizado y cubrimos con otro papel sulfurizado y amasamos hasta dejar las galletas en un grosor aproximado de 1.5 cm. El grosor depende del gusto de cada uno. Para este tipo de galletas no conviene por encima de 1.5 cm porque quedan muy bastas. Tampoco conviene hacerlas demasiado finas porque se rompen con facilidad.

Cortamos con el cortador de pastas que más os guste, vamos colocando sobre la bandeja de horno que previamente hemos enharinado, o bien, como es mi caso,ponemos sobre la bandeja otra anti-adherente de silicona. Espolvoreamos con el azúcar avainillado.



Volvemos a meter todas las galletas ya cortadas en la nevera entre media hora y una hora. Unos diez minutos antes de hornear precalentamos el horno a 180º. Cuando llegue el horno a esta temperatura, bajamos a 160º y empezamos a hornear las galletas. Aproximadamente tienen que cocinarse unos 10 minutos. El punto perfecto es cuando veáis que los bordes empiezan a ponerse marrones. Ese es el momento de sacar la bandeja y dejar reposar sobre una rejilla para que vaya enfriándose también por abajo. No hay que removerlas de allí hasta que estén templadas... casi frías  porque al sacarlas del horno están todavía blanditas y siguen cocinándose con el propio calor de la bandeja.


En cuanto a la conservación.... cuyo problema no tenemos en casa porque no pasa de 3 días y ya han volado todas....Pues lo mejor es en un recipiente hermético, o bien una caja de metal o un bote de cristal. Si está bien hermético pueden aguantar perfectamente 1 semana.

Animaros a hacerlas... ya veis que son muy fáciles





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