Sí, sí, así se llaman estos pequeños bocaditos de chocolate y dulce de leche. Bueno, el nombre más conocido es "Shortbread of Millionare", en inglés. La base es una especie de pasta de mantequilla compacta, y realmente por encima le puedes añadir lo que quieras,siempre que tienda a solidificarse, para que al cortar no se derrame por los lados. La receta es una adaptación de Joyofbaking, aunque también la tenéis en la revista salypimienta del este otoño



Ingredientes:


Para el mantecado base:

- 170 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 50 gr de azúcar
- 200 gr de harina de repostería
- media cucharadita de extracto de vainilla
- una pizca de sal

Para el dulce de leche:
- 400 gr de leche condensada

Para el glaseado de chocolate:
- 170 gr de chocolate para fundir
- 50 gr de mantequilla

En primer lugar tenemos que preparar el molde. Lo ideal es que tenga forma cuadrada o rectangular, dado que luego vamos a cortar en cuadraditos, pero la forma no es realmente lo importante, es decir, podéis usar un molde circular y cortar en pequeños círculos, o cortar luego con forma cuadrada y "despreciar" (es decir, comérselo antes de presentar) los bordes que sobran. Eso sí, lo que es necesario es que el molde sea alto. Yo lo he forrado con papel de aluminio, y luego lo he cubierto con spray anti-adherente. También se puede cubrir con mantequilla derretida. También se puede cubrir con aceite pero yo no lo recomiendo, porque el mantecado está hecho con mantequilla y si usamos aceite se mezclan más los sabores.

Precalentamos el horno a 180ºC

Empezamos con el mantecado, batimos la mantequilla y el azúcar, hasta conseguir una pasta blanquecina y ligera. Añadir el extracto de vainilla y volver a batir. Añadir la harina y la sal y batir de nuevo a velocidad media. En este caso, no vais a conseguir integrar todos los ingredientes perfectamente, veréis que se van quedando pegotes de mantequilla y harina, tipo migas de pan. Ese es el punto perfecto. Si quedan restos de harina, sacad la masa del cuenco y amasad a mano un poquito más.





Con esta costra de harina forrar la base del molde. Pinchar con un tenedor, pero sin llegar al final, es decir, sin llegar a tocar el molde. Hornear unos 20 minutos, o hasta que la superficie empiece a ponerse dorada. Sacar del horno y enfriar sobre una rejilla.

Para el dulce de leche hay varios métodos. El primero es comprarlo ya hecho :-). El segundo método es comprar leche condensada y en un cuenco llevarlo al microondas, a potencia media, durante unos 20 minutos, e ir revisando y removiendo continuamente. Yo no soy amiga de los microondas, de hecho lo he probado, y no sale bien (o no me salió bien a mi), porque al final se quedo muy grumoso y pastoso, es decir, se caramelizó demasiado.

El método más seguro es llevarlo al baño maría, durante aproximadamente una hora y media. Revisar de vez en cuanto, el nivel del agua, y remover también de vez en cuanto. El punto se consigue cuando se vuelve más denso y más acaramelado.

Cuando tenemos el dulce de leche frío, se lo añadimos a la base de bizcocho, repartiendo bien por todas las esquinas y procurando que tengan el mismo nivel por toda la superficie. Llevamos a la nevera para que el dulce de leche solidifique.



Y ahora es el momento del glaseado de chocolate. También al baño maría junto con la mantequilla y removiendo de vez en cuando (método rápido con el microondas, unos 5 minutos y removiendo de vez en cuando)

Se añade el chocolate encima del dulce de leche, repartiendo bien por toda la superficie. Refrigerar en la nevera unos 5 minutos.



Pasado esos 5 minutos, el chocolate no estará todavía muy duro. Es el momento de cortar en cuadrados. Si esperáis a que el chocolate endurezca del todo, cuando vayáis a cortar se romperá y perderéis la forma cuadrada.


Una vez cortado, vuelta a la nevera, otros 10 minutos más.

Sacadlo de la nevera y tirando del aluminio, lo sacáis del molde. Es el momento de separar las piezas y conservar, o comer.



¡¡¡¡Os animo a intentarlo!!!!


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