Este postre típico ingles, muy popular entre las clases más pobres, se hacía con los restos de pan, que se cubrían con una costra de leche y huevos.
Durante mucho tiempo fue descartado por su origen humilde, pero cocineros con James Oliver, lo han vuelto a poner de moda, siendo en la actualidad el típico postre ingles para las tardes de invierno.
La verdad es que a mi me recuerda a nuestras torrijas, sólo que en vez de comerlas por unidades, se junta todo en una masa de pan y leche.